Carolina Grekin Garfunkel, de padres inmigrantes originarios de países inexistentes en su época –territorios en perpetua disputa– y actuales Bielorrusia y Moldavia; chilena de primera generación, nowhere woman de mentalidad libre de fronteras geográficas, ideológicas e incluso estilísticas; economista de aquellas que estudiaron gratis en la Universidad de Chile, sin obligación de endeudarse de por vida. Madre, abuela y hoy, escritora, Carolina Grekin se instala en la costa central a vivir su sueño: dedicar sus jornadas al ocio creador.
Escribe relatos y poemas que decantan sus vivencias y exorcizan sus demonios; publica en 2012 su libro de relatos, Atrapasueños, en el balneario de El Tabo. Ya instalada en Isla Negra, escribe una novela en clave poética, La sombra y la gracia, aún no publicada.
Por una sugerencia de la poeta y académica Eugenia Brito, elige, entre varias opciones dentro de la poesía popular, contener en forma de décimas sus observaciones y pensamientos sobre la realidad nacional, estimulada por el aire puro y el fluir de lo cotidiano sin prisas ni tensiones. Así, su creatividad se alimenta del susurro oceánico y la marina inmensidad –siempre distinta y nunca predecible– abierta a los cielos y a los vientos para exponer su aguda y descarnada aunque esperanzadora visión de la sociedad actual y el ser humano en su derrumbe y caída, y presentar un posible camino de superación.
